Esta es una de las noticias más surrealistas y curiosas que jamás haya publicado esta humilde columna. Un «periodista» fue despedido recientemente del canal para el que trabajaba después de que se filtrara una grabación de audio en la que admitía descaradamente su costumbre de difundir noticias falsas en directo en el programa del que formaba parte. La alta dirección de la empresa tuvo acceso a la grabación y se concretó su despido, que se venía discutiendo desde hacía varios meses.
La situación era la siguiente: Este profesional había provocado que el canal recibiera innumerables demandas por sus desvaríos en vivo sobre diversas situaciones escandalosas, como si fueran una gran primicia, pero la mayoría de ellas no eran más que mentiras. Ha habido numerosos avisos extrajudiciales solicitando la retractación por noticias falsas.
Hasta la última vez, minutos antes de la salida al aire del programa, un productor entró al estudio para advertirle que tendría que leer en el teleprompter una nota de retractación sobre otra mentira que había dicho en vivo días antes. Fue advertido sobre las numerosas negativas que recibió. Mientras comentaba el “periodista”, soltó la siguiente frase (léala con tono arrogante): “No me importa si es una noticia falsa o si es verdad, lo importante es el revuelo que genera en Internet. «
Como su micrófono estaba encendido y no le importaba hablar en voz baja, todos en el transformador escucharon la frase y quedaron incrédulos. La voz fue rápidamente transmitida a autoridades superiores, hasta llegar a manos del dueño de la empresa, quien ordenó su despido sumario.
Hubo quienes dentro del canal lucharon por su continuidad. En realidad, una persona. Después de todo, el “periodista” tiene la costumbre de halagar a figuras poderosas dondequiera que vaya. Pero como la cantidad de demandas que recibió la empresa por esta cifra fue enorme, cuando los patrones supieron que todo lo que hacía era intencional y con el simple objetivo de “volverse viral” en Internet, se aprobó el despido.
No sé si se dio cuenta, querido lector, que optamos por utilizar la palabra periodista entre comillas para indicar la forma en cuestión desde el inicio del texto. Lo hicimos por dos razones: este periodista no tenía una educación superior en periodismo, solo un curso profesional que completó en unos meses. Y también porque en el departamento de graduación todos los periodistas extienden los brazos y se comprometen siempre a ejercer su profesión sobre la base de la verdad.
Mentir está en el ADN de este profesional, que ya ha creado muchas situaciones falsas para ganar fama mediática. También tiene un historial de que se le negó el acceso a la transmisión en vivo en varias ocasiones en otra empresa donde trabajó anteriormente.
Lo que sí puede decir el artículo es que el despido de este hombre cambió por completo el ambiente en el canal donde trabajaba. La gente es más feliz sin él allí. Durante su breve paso por la empresa se vio envuelto en numerosos escándalos, incluidos episodios de histeria y amenazas. Pero por ahora dejaremos este registro. El resto se revelará en otros momentos.
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