Ahora, la investigación ha examinado datos de Francia, Bélgica, Italia, España, Estados Unidos y Turquía. El resultado indica que 16.900 personas podrían haber muerto como consecuencia del tratamiento.
Según los investigadores, el estudio nació de datos que indicaban, en la revista Nature en 2021, un aumento del 11% en la tasa de mortalidad al prescribir cloroquina.
Pero los autores del estudio advierten que estas cifras son sólo el comienzo de la historia de la investigación que debería determinar la verdadera dimensión del efecto. Al fin y al cabo, el fármaco se distribuyó en muchos otros países durante los primeros meses de la epidemia, mientras que en el caso de Brasil y Estados Unidos el tratamiento entró en la agenda defendida por la extrema derecha.
Es probable que estas cifras representen sólo la punta del iceberg, y subestiman en gran medida el número de muertes relacionadas con la hidroxicloroquina en todo el mundo.
Extracto del estudio sobre la cloroquina
«La prescripción no autorizada puede ser apropiada cuando los médicos creen que tienen evidencia suficiente para sugerir que un medicamento es beneficioso. Sin embargo, la primera serie que informó un efecto de la HCQ mostró una eficacia limitada o nula para reducir la mortalidad», advirtió.
Según el estudio, «la toxicidad de la HCQ en pacientes con COVID-19 se debe en parte a efectos secundarios cardíacos, incluidas alteraciones de la conducción».
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