Vendedores ambulantes ‘reciclan’ paraguas prohibidos en concierto de Taylor Swift en Río
El viernes (17), primer día de conciertos de la cantante Taylor Swift en Río de Janeiro, estuvo marcado por temperaturas extremas. En las colas era habitual ver aglomeraciones de personas utilizando paraguas para protegerse de la fuerte luz solar. Como el evento no permite la entrada de espectadores con paraguas, los accesorios terminan siendo “reciclados” por los vendedores.
Cuando se le preguntó sobre las ventas de hoy, un vendedor dijo enfáticamente: «Una inversión general».
Según la persona, que no quiso revelar su identidad, se vendían pequeños paraguas por entre 30 y 50 reales al público que quería protegerse. Después de ser expulsados de Engenhão, muchos artículos quedan en la basura.
Entonces, cuando el público viene y se deshace de los accesorios, los vendedores van allí y se llevan los paraguas que vendieron.
Al día siguiente, se venden los mismos artículos al público del espectáculo del día siguiente y parte del público se queja de los precios. “No sentiste lástima por nosotros”, dijo una chica en la fila. Un grupo de vendedores ambulantes dijo a g1 que esperaban ganar R$ 2.000 esa tarde.
Según el Inmet, en las estaciones termales de Galeão y Vila Militar, ambas a unos 10 kilómetros del estadio Engenhão, la temperatura máxima el viernes por la tarde fue de entre 36 y 39 grados centígrados en la zona -con una humedad del aire entre 40 y 50%, y sensación frío. La temperatura osciló entre 43°C y 46°C entre las 12 del mediodía y las 3 de la tarde.
Por su parte, los vendedores ambulantes se quejaron de que la Guardia Municipal inspeccionaba exhibidores en la zona. «la semana pasada [show do RBD] Hubo varias escenas cobardes de ellos. [prefeitura] Con nosotros. Vienen a recoger la mercancía, pero puede haber un retraso más adelante, ¿no? Si fuéramos trabajadores que robamos, nos dispararían y morirían. «Sólo queremos trabajar», dijo un vendedor de bebidas.
Pidiendo al público que no se deje el paraguas en este evento
Los pedidos comienzan en la cola, cuando los vendedores recuerdan a los fanáticos que no se permitirán paraguas. Por ello, piden que se entreguen en mano, y no por el personal del evento, para que la mercancía no se deseche en la basura.
Cuando se acerca la hora de apertura de la puerta, se acercan a la entrada, en un lugar estratégico, por donde los aficionados tendrán que pasar.
“Dámelo a mí”, “Dáselo a ellos”, “El paraguas amigo mío y el abanico también”, son frases que se dicen para persuadir al público.
Los artículos terminan tirados al suelo cerca de los vendedores y estos los recogen. Los paraguas se cierran y se colocan en una bolsa. Otros vendedores brindan apoyo retirando bolsas del área.
Además de la destreza de los vendedores, los espectadores quedaron impresionados por la cantidad de basura cerca de la cola el primer día de shows del cantante estadounidense.
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