Aunque representa sólo el 1% de los tumores que afectan a los hombres, la incidencia del cáncer testicular ha aumentado en los últimos años.
A diferencia de otros tipos de tumores, como el cáncer de próstata, el cáncer testicular es más común en hombres más jóvenes, de entre 15 y 34 años.
Se identifica fácilmente mediante el autoexamen, que se realiza tocando los testículos, que son órganos externos. Cuando se diagnostica en una fase temprana, dentro del propio testículo y sin tumor maligno, las tasas de curación oscilan entre el 90% y el 95%. De ahí la importancia del autoexamen.
A partir de la adolescencia, se recomienda a los hombres jóvenes examinar los testículos, comparando un lado con el otro y notando posibles discrepancias, especialmente la presencia de nódulos indurados, discrepancia de tamaño, molestias abdominales y molestias en la zona de la ingle o del escroto.
A partir de esta etapa de la vida es recomendable concienciar a los jóvenes sobre la importancia de la sensibilidad testicular, ya que un conocimiento suficiente facilita detectar cualquier cambio, ya sea en relación con el tamaño, la posición o molestias inusuales.
Es igualmente importante estar atento a los cambios en la simetría testicular, ya que pueden aparecer endurecimiento testicular, nódulos o masas en la superficie, que son señales de alerta en las primeras etapas del cáncer testicular.
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