La falta de fondos, la falta de estructura y equipo, y el caos organizacional en el acceso son problemas crónicos en el sistema, escribe Nicio Fernández
El SUS (Sistema Unico de Saúde) es el mayor sistema de salud pública del mundo y la principal política social de Brasil. La resistencia a la pandemia de la COVID-19 llevó al SUS al más alto grado de afiliación entre personas e instituciones. Entre todas las esferas políticas, tenemos un nuevo consenso: el SUS es esencial para Brasil.
Sin embargo, persisten problemas crónicos y amenazas a su trabajo. Entre los principales problemas citados por los especialistas y gestores del SUS están la falta de financiamiento, el cierre de miles de cirugías electivas, la falta de estructura y equipamiento, la falta de acceso regulatorio, la baja capacidad de establecimiento/desarrollo de tecnología y la falta de profesionales de la salud. . Entre las principales medidas a adoptar para paliar estos problemas se encuentran la reforma hospitalaria y autonómica.
No podemos seguir mirando la espuma de los problemas. Necesitamos una discusión más profunda. Hay formas serias de unir al SUS, pero no hay magia.
Actualmente, el modelo de pago estándar para hospitales privados está asociado a la facturación del permiso de hospitalización, indicado por el “horario SUS”, lo que genera déficit de recursos con facturación adicional. Hay otros modelos, pero, por regla general, se adopta una lógica obsoleta de pago exclusivo por producción en Brasil, el llamado gastos de servicio🇧🇷
Es necesario transitar a un modelo de pago por desempeño, acorde al perfil regional de atención y responsabilidad, y establecer mecanismos simplificados para habilitar camas clínicas y supletorias, vinculados a requisitos básicos enfocados a garantizar el acceso, la seguridad del paciente, la integralidad de atención, calidad, alcance, regionalidad y responsabilidad territorial.
En Espiritu Santo, la red benéfica privada adoptó recientemente un modelo de pago híbrido con componentes presupuestarios globales preestablecidos y fijos para cada producción. Esto fue fundamental para mejorar la gestión del hospital. Se elaboró un perfil de hospitales y se elaboró un plan de modernización, lo que llevó a la contratación de la calidad y eficiencia de los hospitales de la red, incl. acreditación ONA, metodología de Diagnostic Related Groups (GRD), compromiso de asegurar la accesibilidad, demanda del área y también evaluación de la experiencia del usuario a través de NPS (Net Promoter Score). Omitido «Horario SUS» como medio de pago para todos los hospitales de mediana complejidad, es solo una referencia para compras de complementos a la demanda para apoyo diagnóstico ambulatorio y pagos complementarios para complejidades altas.
En este modelo se contratan servicios para atender tanto emergencias y red de urgencias, como para atención ambulatoria y electiva, que se desarrolla a través de telemedicina, consultas conjuntas, consultas presenciales y emisión de opinión formativa. Esta última se entiende como la valoración técnica experta y la orientación sobre la conducta clínica a adoptar por los profesionales solicitantes, directamente relacionados desde la atención primaria hasta los servicios especializados.
Por decisión federal, desde 2018, 456 distritos de salud se agrupan actualmente en 117 distritos totales. Brindan la escala necesaria para sostener servicios muy complejos, basados en un límite geográfico, independientemente de las fronteras estatales, y una población mínima de 700.000, excepto los estados de la Región Norte, que tienen una base de población mínima de 500.000. El acuerdo y el diseño de la regionalización ya existen, pero no se han implementado. Es necesario reconocer la doble responsabilidad obligatoria de la Federación y de los Länder en el apoyo a los municipios, en la localización del SUS.
El Ministerio de Salud puede implementar una estrategia de financiamiento capaz de catalizar la implementación de “distritos de salud”, asegurando que en el próximo ciclo político todos los distritos, con un promedio nacional de 1,4 camas por cada mil habitantes, estén garantizados desde líneas de atención hasta un alto grado de complejidad.
Para implementar esta estrategia, será necesario habilitar un total de 33.000 nuevas camas, de las cuales 4.000 serán solo en la unidad de cuidados intensivos, en 43 de las 117 regiones totales habitadas por 100 millones de brasileños, con un costo total estimado de R $5.400 millones, totalmente programable para los primeros dos años de gobierno. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda de 3 a 5 camas por mil habitantes, que pueden ser consideradas metas en un plan decenal del SUS. Necesitamos un SUS general, gratuito y universal del tamaño que le ha fijado la Constitución.
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