El presidente Luiz Inácio Lula da Silva aprobó, sin veto, la Ley N° 14801/24, que establece bonos de infraestructura para las concesionarias de servicios públicos. Este nuevo texto, publicado en el Diario Oficial de la Federación, redefine las reglas para los fondos de inversión en este sector.
¿Cómo funcionan los bonos de infraestructura?
Esta nueva ley surge como resultado de la sustitución del proyecto de ley 2646/20 por el diputado Arnaldo Jardim (Cidadania-SP) por João Maia (PP-RN). Los concesionarios, titulares de permisos y empresas con licencia para operar servicios públicos pueden emitir bonos para financiar inversiones en infraestructura. Los recursos obtenidos de los bonos deberán ser utilizados en proyectos de inversión o producción económica intensiva en el campo de la investigación, el desarrollo y la innovación hasta el 31 de diciembre de 2030.
La regulación aún está esperando
Los sectores y áreas donde se pueden utilizar los recursos de los bonos aún esperan regulación por parte del ejecutivo. Este reglamento deberá especificar los criterios para clasificar los proyectos en sectores considerados prioritarios.
Normas fiscales
En cuanto al impuesto sobre la renta (IR) para los inversores brasileños, los bonos seguirán las mismas reglas que las inversiones de renta fija. El cronograma actual es progresivo: 22,5% hasta 180 días; 20% de 181 a 360 días; el 17,5% de 361 a 720 días; y 15% a partir de los 721 días.
Los inversores extranjeros pagarán el 15% del rendimiento interno de las ganancias de los bonos de estímulo. Si el inversor reside en un país con impuestos favorables, la tasa interna de retorno será del 25%, según acuerdos internacionales de los que Brasil es parte para prevenir la evasión fiscal.
Bonos de incentivo
Los bonos de incentivo, que están exentos de impuestos, se crearon hace unos diez años para financiar infraestructuras y también obtener beneficios fiscales. Sin embargo, a diferencia de los bonos de infraestructura, estos beneficios se aplican a los compradores de bonos, no a las empresas emisoras. Tal como lo estableció el Congreso, la ventaja recae en las empresas que emiten bonos, que pueden estar buscando recursos privados, como los titulares de concesiones de energía y alcantarillado o quienes las controlan directa o indirectamente.
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