El injerto de grasa, una técnica que utiliza la propia grasa del paciente como relleno, ha demostrado ser un procedimiento seguro y eficaz con fines estéticos y terapéuticos. La dermatóloga Ana Carolina Borrego explica que el procedimiento consiste en extraer grasa de zonas como abdomen, muslos y flancos, procesarla y reaplicarla en zonas específicas del cuerpo, como cara, cuello, manos y escote.
Para el médico, la diferencia entre las inyecciones de grasa es que la grasa es tejido autólogo, es decir, extraído del propio paciente. Esto elimina el riesgo de rechazo y complicaciones inmunológicas, lo que hace que el procedimiento sea más seguro en comparación con los rellenos sintéticos como el ácido hialurónico. “Además, las grasas aportan beneficios adicionales por su capacidad de regenerar células, lo que contribuye no sólo a aumentar el volumen de las zonas tratadas, sino también a mejorar la calidad de la piel, como su elasticidad y textura”.
Para el tratamiento estético se utilizan diferentes formas de grasa. Por ejemplo, las micrograsas se aplican para agregar volumen a las áreas afectadas por el envejecimiento, mientras que las nanograsas rejuvenecen la piel, combatiendo las arrugas finas, los poros dilatados y el color amarillento. El procedimiento también proporciona buenos resultados en casos de cicatrices, debido a la posibilidad de regenerar las células madre contenidas en la grasa.
Esta técnica también ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de afecciones médicas, como la esclerodermia, una enfermedad que provoca piel fibrosa y dificulta el movimiento. Anna Carolina destaca un caso en el que se utilizó un injerto de grasa en un paciente para mejorar el movimiento alrededor de la boca y ayudar con el habla, la alimentación y la higiene bucal.
Sin embargo, el dermatólogo advierte que no todos los pacientes son candidatos para este procedimiento. «El paciente debe tener suficiente grasa para acumular y gozar de buena salud. Las enfermedades descompensadas, como la diabetes y los problemas cardíacos, pueden impedir la realización del procedimiento. Es importante alinear expectativas realistas con el médico, para que los resultados cumplan con las expectativas necesidades del paciente», destaca el Doctor Enfermedades de la Piel.
Resultados duraderos
Con una historia que se remonta a finales del siglo XIX, el injerto de grasa ha evolucionado a lo largo de los años y ha ganado popularidad, especialmente debido a su biocompatibilidad y resultados duraderos. “A diferencia de los rellenos sintéticos, que hay que reaplicarlos periódicamente, las grasas aportan un efecto más permanente, aunque el envejecimiento natural de las células puede modificar los resultados con el tiempo”, afirma Ana Carolina.
El dermatólogo afirma que la inyección de grasa combina seguridad, biocompatibilidad y durabilidad, proporcionando un resultado natural y eficaz con fines estéticos y terapéuticos.
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