Un estudio con participación de investigadores de la Fiocruz (Fundação Oswaldo Cruz) describió el proceso inflamatorio provocado por el SARS-CoV-2 en casos graves de covid-19. El trabajo fue desarrollado en colaboración con la Facultad de Medicina de Harvard y fue publicado ayer (6) en Nature, una de las principales revistas científicas del mundo.
La contribución del estudio fue explicar qué desencadena el proceso inflamatorio excesivo que ocurre en las formas graves de la enfermedad y cómo se desarrolla.
Los investigadores señalan que cuando se intenta combatir la infección por SARS-CoV-2, el sistema inmunitario produce un tipo específico de anticuerpo, llamado afucosilado.
La acción de este anticuerpo neutraliza el virus y evita que entre en las células epiteliales del pulmón, pero también inicia un proceso que conduce a la producción descontrolada de células defensivas.
La cadena de eventos que llevan a una inflamación excesiva comienza cuando los monocitos, las células de defensa del cuerpo, capturan y destruyen el virus en un proceso de digestión llamado fagocitosis.
Este mecanismo termina con la destrucción del propio monocito, que libera componentes que provocan un estado de alerta en el organismo. Luego, el cuerpo aumenta la producción de células defensivas, y esto conduce a una mayor inflamación, cuantas más células se producen, más estimulación dan.
Este proceso conduce a la llamada tormenta de citocinas, que son proteínas que regulan la respuesta inmunitaria. Si no se controla esta respuesta con una inflamación excesiva, se crea una situación en la que las propias células de defensa provocan daños en el organismo del paciente, lo que se convierte en un estado de salud crítico.
La investigadora Caroline Junqueira, del Grupo de Inmunología de Vicruz Minas, explica que el estudio demuestra la importancia de la inmunidad adquirida a través de las vacunas, que lleva a la producción de otro tipo de anticuerpo.
«Mucha gente piensa que es una buena idea que el virus Covid-19 se vuelva inmune. El punto es que, en ese caso, una persona estaría en riesgo de desarrollar una infección sistémica. Con una vacuna, no tienes eso». Nuestra investigación encontró que: El plasma de un individuo inmunizado no estimula la producción de anticuerpos avocosil.
Como resultado, la investigación también indica que existen candidatos potenciales a fármacos que pueden prevenir esta cadena de eventos.
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