noviembre 30, 2024

El asesinato de una niña china a manos de sus padres adoptivos conmociona a España

El asesinato de una niña china a manos de sus padres adoptivos conmociona a España


Ashunda Pastera murió el 21 de septiembre de 2013 a la edad de 12 años.

Foto: Reproducción/Redes Sociales/BBC News Brasil

Advertencia: este artículo contiene spoilers de la serie «El caso Azunda»

Fue un caso lleno de incógnitas -algunas aún sin resolver- que mantuvo en vilo a todo un país.

La desaparición de una niña de 12 años y el posterior descubrimiento de su cuerpo abandonado en un campo desencadenó un frenético operativo policial que rápidamente despertó el interés mediático.

La niña, de ascendencia china, fue adoptada cuando tenía 1 año por Alfonso Pastera y Rosario Porto, un matrimonio adinerado de Santiago de Compostela, en la comunidad autónoma de Galicia, en el noroeste de España.

Los padres adoptivos llamaron a la niña Ashunda y la criaron en un ambiente privilegiado y aparentemente feliz, hasta que las investigaciones mostraron un panorama completamente diferente.

Los hechos ocurrieron en 2013 y hoy forman la trama de la serie de Netflix «O Caso Asunta», la cual está basada en hechos reales pero cuenta con elementos creativos que preservan las identidades y se adaptan al ritmo narrativo ficticio.

Tristán Ulloa y Candela Peña asumen los papeles de Alfonso Pastera y Rosario Porto en la serie de Netflix.

Foto: Netflix / BBC News Brasil

Decadencia y muerte

Nacido el 30 de septiembre de 2000 en Yongzhou, sureste de China, Fang Yong fue entregado en adopción a la pareja española Alfonso Pastera y Rosario Porto (interpretados por Tristán Ulloa y Candela Grief en la serie) después de su primer cumpleaños. .

Era periodista y eligió la profesión de su padre, que era cónsul honorario de Francia y un rico abogado muy conocido en su ciudad.

Los médicos les aconsejaron que no tuvieran hijos porque ella padecía lupus eritematoso, que podría poner en peligro su vida si quedaba embarazada.

La pequeña, ahora identificada como Ashunda Pastera, pronto comenzó a dar señales de su inteligencia. Asistió a escuelas privadas y le resultó particularmente fácil aprender idiomas.

Le gustaba viajar con su familia y muchos amigos y abuelos adoptivos la adoraban.

Pero cuando a Assunta le faltaba poco más de una semana para cumplir 13 años, Alfonso y Rosario acudieron a la policía para denunciar su desaparición.

Era la noche del sábado 21 de septiembre de 2013.

Horas más tarde, a primera hora de la mañana, la niña fue encontrada muerta en un camino rural de una zona boscosa a varios kilómetros al sur de la ciudad.

Fue atada con cuerdas de color naranja, no mostró signos de abuso sexual y murió por asfixia, algo que luego confirmaría una autopsia.

Los padres de la niña cooperaron con la investigación, que se volvió en su contra cuando los agentes encontraron pruebas y encontraron inconsistencias en sus declaraciones.

La principal de estas pistas fue el descubrimiento de cuerdas naranjas utilizadas para atar el cuerpo de Asunda en una casa familiar rural en el municipio de Teo y cerca de la escena del crimen.

Además, una autopsia reveló niveles elevados de lorazepam, un potente sedante y ansiolítico que se vende en España sólo con receta médica.

Tanto Rosario como Alfonso dieron diferentes versiones de sus movimientos la tarde del sábado cuando desaparecieron.

Mientras tanto, el 24 de septiembre Rosario y el 25 Alphonsa fueron detenidas y juzgadas por el asesinato.

Rosario Porto fue detenida tres días después del incidente

Foto: Getty Images / BBC News Brasil

Antecedentes sospechosos

El proceso de esclarecimiento de los hechos fue largo y el veredicto del jurado popular llegó más de dos años después de la muerte de Asundha.

Sin embargo, las investigaciones revelaron detalles importantes sobre el matrimonio y la relación con la mujer, lo que influyó en el juicio y posterior juzgamiento del caso.

El año 2013 fue especialmente turbulento para el abogado y periodista.

En enero de ese año ella descubrió su infidelidad, lo que provocó su divorcio casi inmediato, aunque en los meses siguientes llegaron a un acuerdo para compartir la custodia de su hija adoptiva.

Como parte del trato, Alfonso se mudó a un departamento cerca de la casa de Rosario y Assunta.

En julio tuvo lugar un extraño incidente en el que un hombre enmascarado entró por la noche en la habitación de Asundha y trató de estrangularla.

Rosario quedó impactada al ver a su presunto agresor y huyó, aunque no presentó denuncia policial.

Ese mismo mes, la niña mostró signos de desmayo durante las clases de música y confesó a la maestra que su madre le había dado un polvo que le daba sueño.

Una investigación policial reveló que Alfonso compró varias cajas del analgésico Lorazepam en julio (cuando se producían episodios de letargo en clase) y en septiembre (unos días antes de la muerte de la niña).

Rosario Porto, madre adoptiva de Asunta, días después de la muerte de la niña cuando aún estaba libre

Foto: Getty Images / BBC News Brasil

El padre adoptivo de Asundha siempre afirmó que los medicamentos eran para su esposa, quien pasó por momentos muy tiernos y fue internada en el hospital.

En la serie, esta fase está relacionada con la supuesta ruptura entre Rosario y su amante, Vicente.

Pruebas y Reestructuración de Eventos

La fase oral del juicio comenzó en junio de 2014, durante la cual el Ministerio Público solicitó 18 años para cada progenitor, mientras que la acusación popular pedía 20 años.

Sin embargo, no fue hasta el 29 de septiembre de 2015, tras la elección del jurado y con 84 testigos y 60 peritos, en la Audiencia Provincial de La Coruña, en medio de una enorme atención mediática, cuando realmente comenzó el proceso.

En la investigación se recogieron todo tipo de pruebas para reconstruir los hechos.

Los peritos forenses no pudieron precisar la hora exacta de la muerte del menor, por lo que la estimaron entre las 19 y las 20 horas del 21 de septiembre, sin certeza absoluta.

La investigación se realizará con base en los testimonios de quienes vieron a los involucrados ese día y los videos de las cámaras de seguridad de los lugares por los que pasaron.

Según la reconstrucción de los investigadores, la excepción del 21 de septiembre de 2013 se desarrolló así:

  • Azunda salió de su casa en Santiago de Compostela a las 13.55 horas cuando fue captada por una cámara de seguridad cuando se dirigía al apartamento de su padre. Almorcé allí con Alfonso y Rosario. Luego regresó solo a la casa de su madre y fue filmado por la misma cámara a las 5:21 p.m.
  • A las 18.12, Rosario fue visto ingresando a su garaje, desde donde se dirigió a la segunda casa de la familia en Dio, donde aparecieron las cuerdas. Cuando Assunta acudió a la comisaría a denunciar su desaparición, Rosario Porto dijo que había dejado a la niña sola en su casa de Santiago alrededor de las 19 y cuando regresó unas horas después, la joven no estaba. Sin embargo, una cámara de la gasolinera grabó a Rosario y Asunta juntas en un auto camino a Dio.
  • La alarma en la casa de Theo sonó alrededor de las 6:35 p.m.
  • A las 20:53, volvió a sonar la alarma en casa de Theo. En ese momento, un vecino llamó a Rosario en su auto, pero la niña estaba desaparecida.
  • A su vez, Alfonso -quien declaró que estudió en su casa toda la tarde- fue captado por cámaras de seguridad cercanas a su domicilio a las 21:00 horas y el celular de Assunta grabó la conexión a las 21:05 horas. Posteriormente, se han recibido unas 20 llamadas desde el móvil del padre a varios teléfonos.
  • La noche avanzaba y los padres denunciaron la desaparición de su hija adoptiva en la Comisaría Central de Policía de Santiago de Compostela a las 22.31 horas.
  • La tragedia de la madrugada se confirmó cuando una joven pareja encontró el cuerpo sin vida de la niña a la 01:39 horas y avisó a la policía civil.
  • El cuerpo fue exhumado el domingo 22 de septiembre a las 07:00 horas.

Rosario Porto y Alfonso Pastera mantuvieron en todo momento su inocencia.

El 30 de octubre de 2015, un jurado los declaró culpables de asfixiar a la niña con el auspicio de su exmarido.

Dos semanas después, el 12 de noviembre, se anunció la sentencia: 18 años de prisión cada uno por homicidio agravado por parte de un familiar y abuso de poder.

¿Por qué la mataron?

Rosario Porto en uno de sus primeros testimonios en 2013

Foto: Getty Images / BBC News Brasil

La sentencia no abordó un posible móvil del crimen, que sigue siendo el mayor misterio del caso hasta la fecha.

Hay varias teorías, ninguna de las cuales es concluyente, de que Ashunda pudo haber sido inducida por sus padres adoptivos a asesinarla.

Uno de ellos dice que Ashunda pudo haber sido un obstáculo en la relación de los padres que atravesaban una crisis emocional después del divorcio.

La salud mental de Rosario fue citada como un posible desencadenante, habiéndose demostrado durante el juicio su inestabilidad emocional y varios episodios de depresión severa, ansiedad y deseo de morir.

También se exploró una posible razón económica relacionada con la herencia de los abuelos maternos de Azunda, pero se descartó al ser Rosario la única heredera.

Otra investigación destacó un posible motivo sexual tras el descubrimiento de semen en la ropa de Asunda, aunque se descartó que esta evidencia procediera de una contaminación de laboratorio.

No se extrajeron conclusiones incriminatorias del material obsceno encontrado en la computadora portátil del padre de Asundha.

Por tanto, el caso quedó con muchas preguntas sin respuesta.

¿Qué pasó con Rosario y Alfonso?

Rosario Porto y Alfonso Pastera fueron condenados por unanimidad de un jurado popular.

Foto: Netflix / BBC News Brasil

Tras dos intentos fallidos, Rosario Porto se suicidó en prisión el 18 de noviembre de 2020 y Alfonso Pastera cumple condena hasta 2031.

En 2017, Pastera escribió una carta desde prisión a Ramón Campos, creador de la nueva producción de Netflix, y del documental «O Caso Asunta: Operação Nenúfar» a principios de ese año.

En él vuelve a mantener su inocencia, lamenta no poder proteger a su hija del verdadero «asesino» y expresa su intención de «desaparecer» cuando salga de prisión.

«Sólo tengo una razón para estar vivo, y es volver a ser un hombre libre y reencontrarme con mi señora», escribió Alfonso Pastera.

«Mi verdadero castigo no fue la cárcel, señor Campos, sino el no poder ayudarla cuando más lo necesitaba».

«Entonces, cuando os enteréis de mi muerte, abrid una botella y brindad por vuestros seres queridos, y entonces sabréis que he recuperado mi felicidad. Mi hija me necesita y yo la necesito a ella».


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