Otto Gloria, el técnico brasileño que dirigió a Portugal en la histórica campaña de 1966, solía decir una frase maravillosa: «Un entrenador cuando acierta es grande, y cuando le falta es un monstruo».
Diego Alonso fue clave en la clasificación de Uruguay a la Copa. Reemplazó al Maestro Tabarez y logró cuatro victorias seguidas, llevando a Celeste a Qatar. Fue grandioso. increíble.
Entonces era una bestia.
Montó el equipo sin Arrascaeta. Prefería el trío de Valverde, Betancourt y Vicino. Y sacarle un balón apretado a Pellistri. Y Darwin Núñez se convirtió en titular absoluto.
Contra Portugal, hubo tres defensores. El mismo trío en el medio y… Arrascaeta solo cuando la vaca ya estaba con la pata en el pantano.
Arrascaeta se convirtió en titular habitual sólo en el último partido. Marcó los dos goles de la victoria contra Ghana.
Y Diego Alonso sorprendió con su genialidad y lo sacó antes del final. Creía que ya era cabeza de serie y quería guardarlo para el partido contra Brasil.
Y no contó con la astucia de Corea, que le dio la vuelta al partido contra Portugal y le dio la vuelta al barco de Uruguay.
Es el tipo de entrenador que tiene una idea y adapta a los jugadores a ella. Por si acaso, no quiero la pelota. Quiero tomarlo y pasárselo al lateral Pellestri o al delantero Núñez. ¿Por qué tienes la pelota? ¿Por qué agrietarse?
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