El cáncer de intestino es un tumor maligno que afecta el intestino grueso (colon) y el recto (el final del intestino, justo antes del ano), también conocido como cáncer colorrectal. Según la última estimación del Instituto Nacional del Cáncer (Inca), cada año se diagnostican más de 41.000 nuevos casos en nuestro país. Es el tercer cáncer más común entre los brasileños, solo superado por el cáncer de próstata en los hombres y el cáncer de mama en las mujeres. Se estima que el riesgo de por vida de desarrollar este cáncer es del 4%. El diagnóstico ocurre con mayor frecuencia antes de que la enfermedad se haya propagado a otros órganos. El tratamiento es posible para la mayoría de los pacientes.
Es común en el imaginario de la población pensar que los principales factores de riesgo para el cáncer son las enfermedades hereditarias y hereditarias. Sin embargo, este es un mito que debe ser combatido. Se estima que alrededor del 90% de los casos de cáncer de colon son causados por factores externos y ambientales, como la obesidad, la falta de actividad física, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, una dieta rica en alimentos procesados, especialmente carnes procesadas y carnes rojas, y un dieta pobre en verduras, legumbres, fibra y frutas. A través de simples cambios en nuestros hábitos de vida, podemos reducir significativamente el riesgo de desarrollar este cáncer.
La colonoscopia es central en la estrategia para reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Esta prueba permite identificar y tratar (mediante la extirpación) lesiones tempranas, como los pólipos, que pueden convertirse en cáncer. Aunque la edad promedio al momento del diagnóstico de cáncer de colon es de 67 años, estudios recientes han demostrado un aumento en el número de casos nuevos y muertes por este tumor entre adultos jóvenes (<45 años).
Por esta razón, las sociedades médicas han comenzado a recomendar la colonoscopia para todas las personas a partir de los 45 años, y puede ser necesario realizarla antes de esta edad dependiendo de los antecedentes familiares de cáncer colorrectal. La frecuencia con la que se debe repetir la prueba depende de los resultados de la prueba anterior, y puede ser cada 5-10 años (si la prueba es normal) o períodos más cortos (cuando se detectan factores de alto riesgo). La mayoría de las sociedades médicas recomiendan suspender la colonoscopia a los 75 años. Después de esta edad, puede estar indicada en situaciones específicas.
Por lo tanto, si desea reducir su riesgo de cáncer de colon, haga ejercicio regularmente (30 minutos al día), combata la obesidad, evite el consumo excesivo de alcohol, consuma menos carnes rojas, evite los alimentos procesados, procesados y enlatados, y coma más frutas y verduras. . . Fibra y una colonoscopia a los 45 años.
La prevención y la información siguen siendo las mejores armas en la lucha contra el cáncer.
En cooperación con el Dr. Ricardo Carvalho – Oncólogo Clínico
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