El embajador ruso incluso entregó un mensaje directamente a la ONU detallando las amenazas, además de indicar que Ucrania culparía a Rusia por el ataque. Pero las autoridades occidentales y estadounidenses rechazaron las advertencias rusas y las consideraron infundadas.
Las agencias de inteligencia occidentales han recibido información de que ahora hay comunicaciones entre funcionarios rusos que discuten abiertamente un ataque nuclear, lo que ha elevado el nivel de preocupación. Pese a ello, en ningún momento Estados Unidos descubrió información de inteligencia que indicara que Rusia estuviera tomando medidas para movilizar sus fuerzas nucleares para llevar a cabo efectivamente el ataque.
Armas nucleares tácticas. A la administración Biden también le preocupaba que los rusos pudieran utilizar armas más pequeñas (que las utilizadas en los ataques de Hiroshima y Nagasaki) que pudieran transportarse fácilmente. Sin embargo, dependiendo de la cantidad de artefactos explosivos recolectados, tiene el potencial de destruir una ciudad entera.
Ante este escenario, Joe Biden envió entonces al director de la CIA, Bill Burns, a hablar con el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior ruso, Sergei Naryshkin, en Turquía para expresar su preocupación por un ataque nuclear y evaluar las intenciones rusas, según informó Reuters. Un alto funcionario estadounidense.
El gobierno de Estados Unidos también trabajó con sus aliados para desarrollar planes de contingencia ante un ataque nuclear ruso.
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