Las hermanas tuvieron una «historia de amor» a larga distancia con dos militares. Vecinos y amigos de la familia dijeron que tanto Angels como Amelia habían estado hablando con dos hombres que, según decían, eran soldados en Afganistán durante al menos siete años. La «historia de amor» se hizo conocida en la región y muchos intentaron -sin éxito- advertir a las hermanas de un posible complot.
Los 'militares' comenzaron a exigir dinero a Amelia, alegando que su amigo había sido asesinado. Un amigo de los tres hermanos, Enrique Velila, dijo a El País que en un momento al otro lo habían asesinado y necesitaba dinero para arreglar las burocracias relacionadas. tradición De un amigo. Fue entonces cuando Amelia comenzó a hacer transferencias a la cuenta de su «novio», quien decía que se llamaba Edward.
Las demandas de 'Edward' se intensificaron con los años. Velila recordó que las hermanas enviaron dinero al soldado que supuestamente les vendió una casa en Madrid. Cada mes, cuando recibían su pensión, Amelia la transfería a la cuenta de «Edward».
Las hermanas pidieron dinero a personas cercanas a ellas y se mudaron. Un amigo le dijo a El País que Ángeles y Amelia le pidieron prestados 3.000 euros (unos 16.000 reales) «varias veces». «La última vez mi marido los echó de nuestra casa. Les advertimos varias veces pero no nos hicieron caso. Esto se podría haber evitado», declaró.
La principal hipótesis es que las hermanas se endeudaron para pagarle a «Edward». Sospechosamente, tanto Angels como Amelia incumplieron sus préstamos para poder seguir enviando dinero a su novio. Por tanto, las muertes habrían sido un «ajuste de cuentas». La policía recogió pruebas en la casa de los hermanos ese mismo día y los cuerpos se someterán a más exámenes post mortem.
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