Leonardo Brenha, de 39 años, de El Salvador, cruzó el continente y se estableció en España hace dos décadas. Hoy en día, la situación de los especialistas en educación física es estable. Formó una familia, abrió un gimnasio y vive en Málaga, una ciudad costera del sur del país. Sin embargo, no olvidó sus raíces como joven soñador que trabajaba como limpiador y vivía clandestinamente en Europa, llegando incluso a gestionar su propio negocio.
«Siempre he tenido esta visión del espíritu empresarial, principalmente como resultado de mis experiencias. Cuando era niño, veía a mi padre dirigir el negocio familiar, una pizzería. Y algunas experiencias desagradables como empleado me mostraron que tenía que Me guardo la nariz», dijo en una entrevista con g1.
Este objetivo lo logró Leonardo una década antes, cuando apareció el proyecto Boa Forma. En España, Bahía comenzó a impartir clases de fitness funcional en espacios públicos, en las playas, similares a las que se hacen en Salvador y otras ciudades brasileñas.
La demanda creció, Leonardo comenzó a impartir clases en condominios a clases cada vez más numerosas y el éxito fue tan grande que abrió un centro de formación privado con el mismo nombre que el programa al aire libre. Desde entonces hasta la fecha ha recibido cinco mil alumnos. Hoy, el centro de formación cuenta con 200 inscripciones activas. La mayoría de los clientes, nativos de entre 35 y 55 años, buscan bienestar.
«Al igual que Brasil, España tiene un culto al cuerpo perfecto, pero no es el foco de nuestro trabajo. Atendemos a personas preparadas para una reeducación dietética y ejercicio regular, con el objetivo de mejorar su calidad de vida», comentó .
“En cierto momento me di cuenta de que ya sabía ser un buen docente, pero necesitaba aprender a administrar mi negocio”, relató. Para ello no sólo se especializó en el campo de la educación física, sino que también realizó los cursos obligatorios para obtener la acreditación para la actividad profesional en España.
Leonardo buscó información sobre fiscalidad, contabilidad, gestión y en los últimos tres años se dedicó a estudiar marketing y gestión empresarial. «Me preparé y hoy me considero un empresario exitoso», afirmó el profesor.
A pesar de su éxito, recuerda los reveses que enfrentó en este largo camino que comenzó hace 26 años. En Brasil había muchas ganas de abrir un negocio, pero la falta de planificación y dinero fue la clave. Las cosas cambiaron después de un encuentro impulsivo e inesperado.
«Yo era un joven corriente de una familia de clase media que tenía que trabajar para pagar mis estudios y no siempre podía cumplir con mis compromisos. Aun así, en 2007 renuncié a mi trabajo. El primer domingo después , Fui a la playa de Jaguaribum. [em Salvador] Allí conocí a un grupo de españoles».
Animado por nuevos amigos, decide vender todo lo que posee y empezar una nueva vida. «Cuando aterricé en España el 2 de mayo de 2007. Llegué con apenas 620 euros en el bolsillo», recuerda.
El comienzo fue difícil y enfrentó muchos problemas como el clima diferente, las diferencias culturales, el poco dinero y la falta de conocimiento local que le impidieron conseguir un buen trabajo. «Lo positivo es que los periódicos se distribuyeron gratuitamente y facilitaron el aprendizaje del idioma, y la amabilidad de la gente de aquí no impidió una buena conversación», recordó.
El primer trabajo fue en un bar de cocina gallego a los pocos meses de la mudanza. Trabajó en el almacén, realizando tediosos trabajos manuales, y luego empezó a atender a los clientes. «Hubo tiempo para entrar, pero no para salir».
Allí Leonardo conoció a brasileños que vivían en España y frecuentaban la institución. A través de uno de estos amigos, a Bahía le recomendaron trabajar como limpiador en un gimnasio, un ambiente que frecuentaba todos los días en Salvador, pero que quedó atrás en la nueva realidad. Desde entonces, el sueño emprendedor ha regresado.
«Yo era una persona que limpiaba máquinas, electrodomésticos y baños, pero quería que la gente me viera como una persona capaz, capaz de enseñar. Siempre estuve esperando esta oportunidad.
Según Leonardo, un día la profesora de spinning del gimnasio faltó al trabajo, pero los alumnos no se quedaron en la estacada. Se calzó unas zapatillas, se montó en una bicicleta estática y dio la primera de varias clases en territorio español.
Si bien Bahía estudió educación física en Salvador, sin título, ya tenía experiencia en el área. Así, completó sus estudios en España y creó el proyecto Boa Farma.
Leonardo dice que vivió «una aventura» y, a pesar de todos los peligros, no se arrepiente de lo vivido ni piensa en regresar a su tierra natal -al menos, por ahora-.
«Extraño mi tierra, estoy muy apegado a mi familia. Después de todo lo que pasé todos estos años en España, imagino que tendré el coraje de comprometerme con Brasil, sí, será un desafío muy agradable. Pero, De momento no tengo intención de volver», concluyó.
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