El preso Fabiano Gómez, de 42 años, recluido en la Cárcel 2 de Presidente Venceslau (SP), no tiene amigos en la Presidencia, al igual que el preso Roberto Jefferson Montero Francisco, de 69 años, recluido en la prisión conocida como Bango 8, en Río de janeiro.
Ambos padecen enfermedades graves. Sin embargo, son tratados de manera diferente por la justicia brasileña. Jefferson, quien fue arrestado a los 23 años acusado de intentar matar a policías federales mientras ejecutaba una orden de arresto, tiene derecho a recibir atención médica y medicamentos en prisión.
Cuando se enteró en una audiencia, el exdiputado federal Roberto Jefferson dijo que tenía cáncer de páncreas y de testículos, y afirmó que toma 25 pastillas al día y necesita medicación para su uso continuado. Agregó que hacía un año que no se hacía pruebas y que necesitaba regresar al hospital.
La Vicefiscal General de la República, Lindôra Maria Araújo, garantizó a Jefferson el derecho al tratamiento médico necesario, como recibir medicamentos y una dieta especial adecuada, incluida la provisión de una comida por parte de abogados designados o por familiares de la administración penitenciaria.
Gómez, quien padece una enfermedad gastrointestinal, exige prisión por insumos, como una bolsa de colostomía, proteínas de leche y antibióticos para combatir infecciones. La defensa del preso dice que necesita cirugía y tratamiento médico adecuado y debe estar en el hospital de la prisión.
La situación de salud que enfrenta Gómez fue confirmada por la Fiscalía General del Estado de São Paulo el 28 de junio de este año, cuando la agencia realizó una inspección del P-2 del Presidente Venceslau. Otros 16 presos se quejaron de mala salud y falta de tratamiento médico.
Inspecciones posteriores realizadas por defensores públicos revelaron problemas en más prisiones. Uno de ellos es la Cárcel 1 en Guarulhos (SP). Al menos 79 detenidos enfermos se quejaron de hablar sobre medicamentos y dificultades para acceder a la atención médica.
El preso Levi Barbosa Antunes tiene 69 años, la misma edad que tiene Roberto Jefferson. Según la Defensoría Pública, el 16 de septiembre de 2022, cuando la P-1 fue inspeccionada en Guarulhos, el detenido llevaba un año recluido sin recibir ningún tratamiento médico.
Los defensores públicos encontraron que Antonis tenía dolor de espalda, necesitaba atención médica y que solo recibió analgésicos y antiinflamatorios de la unidad penitenciaria, sin mostrar perspectivas de mejora en su salud.
Plomo asentado en el cuerpo.
El penal Presidente Venceslau 1 fue inspeccionado por la Defensoría del Pueblo el 24 de mayo de este año. Los defensores escucharon informes de 23 presos. Es una unidad punitiva para quienes hayan cometido faltas graves en el sistema penitenciario.
El preso Julio César Gómez da Silva, de 50 años, informó que sufrió un accidente que le dejó cicatrices que le hicieron perder el movimiento en el brazo derecho. Dijo a los defensores, mientras aún estaba en prisión, que no le habían dado analgésicos, que le habían cortado los dedos y que necesitaba ungüento y atención médica.
Los defensores también hablaron con el preso Maicon da Silva Sequeira, de 27 años. El reo dijo que tenía dos balas alojadas en su cuerpo y necesitaba atención médica. Le dispararon durante una persecución policial en el distrito de Praca da Se, en el centro, el 30 de junio del año pasado.
¿Qué dice SAP?
Según el informe, la SAP (Secretaría de Estado de Administración Penitenciaria) informó en una nota que el recluso Fabiano Gómez está acompañado por un médico de la unidad penitenciaria, a donde acude cada vez que se le solicita, se le realiza cambio de ropa y no requiere la uso de bolsa colónica, pues ya fue intervenido quirúrgicamente cuando estaba en libertad”, hecho que fue denunciado cuando estuvo preso”.
La nota dice que el preso Levi Barbosa pasó consultas en un hospital de Guarulhos, la última vez el primero de este mes. Consta en el expediente que recibió indicación médica para cambiarle el vendaje una vez al día, lo que se hace a diario en la prisión. Según SAP, existe una derivación para consejería en el centro hospitalario del sistema penitenciario.
Con respecto al preso Maicon da Silva Sequeira, SAP informó que no había informado al médico, mientras cumplía una pena disciplinaria, que su cuerpo había sido alcanzado por balas. “Él solo reportó el hecho al núcleo especializado del caso penitenciario y según consta en el registro de salud, fue atendido por problemas relacionados con el sistema nervioso y fue intervenido quirúrgicamente de ortopedia”.
Según el memorando, el recluso Julio César Gómez da Silva fue puesto en libertad por la Justicia el 30 de agosto de este año, y estando en las unidades del SAP recibió atención médica y tratamiento adecuado.
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